Con flor de cempasúchil, pan de muertos y un café (yo tomo café, aunque lo ideal sería un pulque para estar al modo) celebramos el día de los muertos.
El mexicano venera la muerte, la celebra, respeta y a veces hasta se burla de ella. La celebración del día de muertos es una mezcla de costumbres prehispánicas con las traídas del viejo mundo. El resultado fue una tradición que ha sido catalogada por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial. Es realmente pintoresca y variada. Mientras en el sur de México las costumbres se apegan más a la realidad de la tradición, en el norte el efecto gringo o yanqui llegó a mezclar la fiesta con el Halloween.
El día de ayer se festejó el día de todos los santos, que en México se conjuga con el día de muertos. Aquí se implica mucho a los niños muertos. Y qué mejor honor a ellos que tratar de evitar que más sigan falleciendo dentro de lo posible.
¿Qué causas existen en nuestro país de muerte en niños?
Según SINAIS (sistema nacional de información en salud) en su página web, hasta el 2008, los menores de 1 año siguen muriendo por causas relacionadas a su nacimiento en su mayoría. Le siguen las malformaciones congénitas cardiacas, infecciones respiratorias, intestinales y desnutrición.
En los mayores de 1 año y hasta antes de los 5 años, nuestros niños mueren a causa de infecciones intestinales (diarreas con deshidratación), respiratorias (neumonías), y un cercano tercer lugar están los accidentes.
Como puede apreciarse la mayoría son de fácil a moderadamente fácil prevención. La educación y el acceso a los servicios de salud son los principales factores a incrementar. Los esfuerzos se están llevando a cabo pero aún tenemos mucho por hacer.
Ya el seguro popular les da acceso a todos los mexicanos que no cuentan con servicio de salud (IMSS, ISSSTE, SEMAR, etc.) Pero eso es tan solo el inicio. Aún nos falta incrementar la calidad global, tanto de las instalaciones, accesos fáciles, disminución de barreras en el proceso de atención, educación al paciente y educación a los profesionales de salud, y un largo, muy largo etcétera.
¡Feliz día de muertos…! (les dejo del recuerdo una calavera de Giordano a las pseudociencias) y espero algún día decir que nuestros niños muertos están agradecidos de que hicimos todo por ellos mientras estuvieron vivos.