Archivos de la categoría Pronóstico

Si come a libre demanda… ¿será más inteligente?

Asociación no es lo mismo que causalidad. Una frase tan repetida y a la vez tan poco comprendida. Se nos olvida muy fácil cuando vemos una secuencia temporal entre dos cosas: «me puse la vacuna de la influenza y me dio un gripón», «me tomé una loratadina y se me quitó la gripa». Igual de fácil podemos recordarlo: «me puse la vacuna de la influenza y me saqué la lotería», «le supliqué a los satélites de Júpiter y se me quitó la gripa». Los primeros 2 ejemplos suenan lógicos, coherentes. Los segundos 2 no, y por eso parecen risibles. Pero ninguno de los 4 ejemplos demuestra causalidad.

La semana pasada salió una noticia que decía que los niños que se alimentan a libre demanda tienen mejor desempeño escolar. Sigue leyendo

Colecho: fanatismo, debate, guías y recomendaciones

Es curioso cómo un tema cotidiano puede causar una gran controversia. Y aún más curioso es que, dependiendo de las creencias o conocimientos previos de una persona, se puede poner en duda el método científico. Esto es lo que ha pasado en los últimos días con un grupo de pediatras de diferentes partes de México. Ha habido un apasionado debate sobre cuál debe ser la recomendación acerca del colecho. Se han lanzado términos como «medicina basada en evidencias», «medicina basada en anécdotas», «medicina basada en publicaciones»… Ha estado tan candente que sólo le han faltado las palabras altisonantes de los fanáticos del futbol.

En una esquina tenemos a los pro-colecho, abogando el gran beneficio que puede aportar para que se fomente la lactancia y apoyados en la Liga de la Leche.

En la otra esquina están los contra-colecho, abogando que esto incrementa el riesgo del síndrome de muerte súbita infantil y apoyados en las guías de la Academia Americana de Pediatría, entre otras. Sigue leyendo

NO TENGO NADA CONTRA LOS ORGÁNICOS

Pero, estos estudios no les ayuda a su causa.
Primero, una noticia en Medical News Today, que reza «Los pesticidas pueden contribuir al Déficit de atención y al pobre desarrollo cerebral». Me quedé pasmado por un instante, aunque siempre he dicho que de ser cierto que la epidemiología de las enfermedades generalizadas del desarrollo (autismo, por ejemplo) han ido en aumento, debe ser por algo que el hombre moderno haya creado o hecho. Repito, «de ser cierto» porque no se puede saber con los criterios actuales, cómo era la epidemiología de estas entidades en los años 20, o en siglo 19.

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LECCIONES DE LA MUERTE DE CUNA

muerte de cuna

En 1946, el Dr. Benjamin Spock publicó uno de los libros más leídos a nivel mundial referente al cuidado de los niños: Baby and Child Care. El Dr. Spock fue un reconocido pediatra norteamericano, pionero en el estudio del psicoanálisis para tratar de entender el comportamiento infantil.

En la edición de 1958 de su libro escribió: «si un lactante vomita [cuando duerme boca arriba], es más probable que se ahogue con el vómito», refiriéndose a que los niños pequeños deberían de dormir boca abajo. Dicho libro influyó a miles de médicos y la recomendación de dormir a los niños en decúbito prono persistió hasta los años 90’s.

A principios de la década de los 70’s, existían ya un par de estudios epidemiológicos que mostraban un riesgo mayor de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) en niños que dormían boca abajo. Se estima que de haberse analizado esta información en aquella época, se habrían prevenido más de 50,000 muertes en Inglaterra, Estados Unidos y Australasia. Sólo podemos imaginar cuántas muertes por este síndrome podrían haberse evitado en el resto del mundo si desde entonces hubiéramos hecho caso a esta evidencia científica.

La recomendación del Dr. Spock suena lógica. Si el bebé está boca arriba y vomita, suena lógico pensar que se podría broncoaspirar. Y estoy seguro de que las intenciones del Dr. Spock eran buenas. Sin embargo, su recomendación estaba basada en una teoría, en una percepción de lo que podría pasar, en experiencia personal.

El SMSL es un ejemplo clásico del porqué debemos basar nuestros cuidados en las evidencias generadas por la investigación. Sin darnos cuenta, y creyendo que tenemos una base lógica para recomendar algo, en ocasiones podemos causar más daño que bien. Esto no quiere decir que dejemos a un lado la experiencia, sino que es ideal fundamentar nuestros tratamientos e integrar estas pruebas a nuestra pericia clínica para garantizar el mejor cuidado posible.

Ahora sabemos que los niños que duermen en decúbito prono tienen un riesgo casi 5 veces mayor de morir por SMSL que los niños que duermen en decúbito supino: odds ratio de 4.92 (IC95% 3.62 a 6.58). Pero no fue hasta mediados de los 90’s cuando al fin se inició la campaña Back to Sleep («De espaldas, a dormir»).

Aún así, por lo menos en nuestra cultura mexicana, existe el miedo de que si a un niño se le acuesta boca arriba se broncoaspirará. Por eso, es muy común que médicos sugieran dormirlos de lado. De nuevo, dormirlos de lado suena lógico. Y de nuevo, es una recomendación basada en nuestras percepciones personales y en una costumbre arraigada. Los niños que duermen en decúbito lateral también tienen un poco más de riesgo de SMSL que los que duermen en decúbito supino: odds ratio de 1.36 (IC95% 1.03 a 1.80).

Existen condiciones en las que tal vez el riesgo supere al beneficio, como el caso de los niños con enfermedad por reflujo gastroesofágico severo. Pero en la mayoría, la mejor posición para dormir a los menores de 1 año es en decúbito supino.

Este año, se han publicado dos revisiones acerca del tema en las revistas American Family Physician y New England Journal of Medicine. En ambas se menciona el riesgo de dormir a los niños boca abajo Y de lado. A pesar de estas pruebas, ¿cuánto tardaremos en olvidar el miedo que, de manera no intencional, nos inculcó el Dr. Spock?

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa