Al momento de empezar la formación académica en la facultad o alguna institución de educación superior, uno piensa que ingresa a un sistema bien estructurado, capacitado y efectivo. Por desgracia al iniciar la aventura, uno se da cuenta de la existencia de un flujo no estandarizado de ideas, opiniones, métodos de enseñanza (o la ausencia de los mismos) entre otras peculiaridades, teniendo como resultado un ambiente donde el aprendizaje no es equitativo entre los estudiantes.
Uno pensaría que la educación médica no sería tan afectada por estas cuestiones, pero tristemente esto ocurre, en donde la poca estandarización de los métodos de enseñanza modifica los conocimientos que los alumnos pudieran adquirir, eso sin contar la variabilidad biológica de las personas, la cual puede condicionar que una misma intervención presente reacciones diferentes, oscilando desde el beneficio hasta el daño. Sigue leyendo