RELATIVO CONTRA ABSOLUTO

relativo

«Los médicos, los pacientes, los periodistas y los políticos, no entienden la bioestadística». Así empieza el artículo del Dr. Gigerenzer, publicado recientemente en el Boletín de la O.M.S. Comienza con este llamado de atención para luego dar lugar a una pequeña discusión acerca de la manera de presentar e interpretar la información de los artículos médicos, y para invitar a que siempre se transmita la información de una manera transparente, usando términos absolutos en vez de relativos. De nuevo, estamos hablando de matices en la información médica.

El ejemplo que usa para explicar la diferencia entre riesgo absoluto y riesgo relativo es claro: en 1995, salió una advertencia de que una nueva píldora anticonceptiva aumentaba el riesgo de trombosis al doble, es decir, aumentaba el riesgo en un 100%. Esto impacta a cualquiera. La otra manera de decir lo mismo: los estudios mostraban que de cada 7000 mujeres que tomaban el anticonceptivo viejo, 1 tendría trombosis, mientras que con el anticonceptivo nuevo serían 2 mujeres. El aumento en el riesgo relativo es el 100%, el aumento del riesgo absoluto era 1/7000.

Lo mismo pasa con las tasas de supervivencia a 5 años contra las tasas de mortalidad. El Dr. Gigerenzer lo ilustra así: «imaginemos 2 grupos de hombres, en los que todos mueren a los 70 años por cáncer de próstata. Los hombres del primer grupo no fueron tamizados con antígeno prostático específico (APS), y su cáncer fue detectado por los síntomas a la edad de 67 años. En este grupo, la tasa de supervivencia a los 5 años sería 0%. En el segundo grupo, quienes sí fueron tamizados, el cáncer se les detectó a los 60 años, entonces, su sobrevida a 5 años fue del 100%». Es fácil ver las diferencias. Las tasas de sobrevida de ambos grupos son muy distintas, sin embargo, a final de cuentas, todos murieron a la misma edad.

La invitación final es 1) a reconocer que existe confusión acerca de los datos estadísticos en medicina, en ocasiones por no transmitir la información de manera transparente, y 2) a financiar programas de transparencia en revistas científicas, panfletos de salud e interacciones médico-paciente.

Estamos totalmente de acuerdo.

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa

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