Muchas veces se piensa que lo «natural» es lo mejor. Hay numerosas corrientes pro-natura, en las que ven a la medicina «convencional» como el malo de la película, repleta de químicos y tóxicos. Igual pasa con la comida: lo «orgánico» es lo de moda. Pocas veces se piensa que los remedios naturistas, en este caso las hierbas, también pueden tener riesgos.
Un remedio chino, usado por siglos, es el ejemplo más reciente de que lo «natural» también puede provocar efectos nocivos graves. Hace aproximadamente 20 años, un grupo de mujeres de Bélgica estuvo tomando unas hierbas chinas para adelgazar y poco después desarrollaron insuficiencia renal crónica. Terminar conectado a una máquina de hemodiálisis por probar soluciones fáciles para bajar de peso tuvo un precio bastante alto. Poco después se descubrió que el ácido aristolóquico, un compuesto que se encuentra en muchas plantas, fue el causante de esta tragedia. Hace 2 días, la misma hierba (o al menos otra hierba que tiene ácido aristolóquico) apareció en las noticias por asociarse a un aumento de cáncer de vejiga en Taiwán.
Es fácil olvidar que las hierbas tienen compuestos químicos que pueden ser tanto benéficos como dañinos. De plantas y flores como las que aparecen en la foto de arriba se producen quimioterapéuticos (alcaloides de la vinca). Y complicando el asunto es que no se controlan dosis ni concentraciones, ni se tiene una vigilancia de efectos secundarios ni control de seguridad al comercializarse.
Por eso necesitamos pruebas, estudios, evidencia de que algo funcione, ya sea un medicamento común, una hierba o una terapia alternativa. Y de igual forma, necesitamos pruebas de que algo no es nocivo. Las anécdotas no son suficientes.
Que sea un remedio «natural» no significa que sea inocuo.
Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa