Si mal no recuerdo, a principios del año pasado (2010) me empezaron a comentar mis pacientes que cuando iban a vacunarse a las instituciones públicas les informaban que el esquema de vacunación se había adelantado: las vacunas «de los 2 meses» las estarían aplicando a las 6 semanas, y los refuerzos 6 semanas después. Trabajo en un hospital público por las mañanas, y en un consultorio privado en las tardes, y en ninguno de los dos lugares nos habían notificado de este cambio de políticas de salud. Por más suscripciones a RSS, a revistas pediátricas, a Twitter, etc., me había enterado de esto por voz de algunos pacientes.
Confieso que durante el año pasado consulté poco el porqué del cambio, y deduje que se había hecho por las epidemias de tos ferina que se habían estado presentando. Hace un par de semanas me topé con 2 artículos que analizaban el potencial beneficio de adelantar el esquema de vacunación, uno de Estados Unidos (nov 2008) y otro de Australia (feb 2011). Eso me hizo pensar cómo fue que se decidió el cambio de calendario en nuestro país (¿basado en qué evidencia?) y porqué no me había enterado.
Les pregunté a algunos colegas del hospital (sector público) y del consultorio (sector privado) que si en algún momento habían recibido un comunicado de parte de la Secretaría de Salud acerca de esto. Al igual que yo, nadie sabía de alguna notificación oficial. Fui a preguntar al depto. de medicina preventiva del hospital y… oh, sorpresa… pegado en un corcho había un papel viejito, de finales del 2008 (lo cual lo tuve que deducir porque no tenía fecha), donde se informaba de este cambio.
En dicho oficio, se informaba que «durante la Segunda Reunión Nacional de Vacunación realizada del 25 al 28 de agosto del presente año… se dio a conocer nuevo esquema acortado de vacunación… para cortar la cadena de transmisión de brotes de tos ferina presentado en distintos estados de la república» y se ilustraba con el siguiente cuadro:
¿Cómo se llegó a esa decisión? Probablemente por consenso. No hay ninguna información al respecto.
Ambos artículos mencionados arriba (EEUU, Australia) son estudios observacionales: cálculos para evaluar el potencial beneficio si se adelantaran los esquemas en esos países. En EEUU se reducirían 9% los casos, 9% las hospitalizaciones, y 6% las muertes atribuíbles a la tos ferina en niños menores de 3 meses. Reducciones similares se esperarían en Australia.
Pensando con GRADE, la calidad de la evidencia, por ser estudios observacionales, sería baja. Pero la fuerza de la recomendación podría ser alta: el beneficio para la salud de una población sería muy importante, y los efectos secundarios probablemente no serían distintos si se aplica la vacuna a las 6 en vez de a las 8 semanas.
Habiendo revisado esto, me parece razonable el adelanto en el esquema de vacunación.
Lo que me gustaría es enterarme de estos cambios un poquito más rápido. En mi caso particular, se perdió la información en el hospital en algún momento, y tendremos que trabajar al respecto. Pero, ¿qué pasaría si yo no trabajara en el sector público?, ¿cuál es la ruta que lleva la información nacional a los médicos que sólo trabajan en el sector privado? No he encontrado alguna página web de la Secretaría de Salud donde me pueda suscribir y donde aparezcan los cambios en las políticas de salud, específicamente pediátricas. Si existe, les agradecería que me compartieran el enlace.
Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa