Este fin de semana, por fin, vi Contagio. Digo por fin porque en el lugar donde vivo las películas que no son blockbusters tardan meeeeeses en llegar, o simplemente no llegan. Tenía mucha curiosidad por verla, sobre todo por la promoción que le hizo el CDC.

Cierto, como todo en Hollywood tiene sus detalles increíbles, pero el mensaje final me gustó. La trama de cierta manera explica el porqué se actuó como se actuó hace 2 años con el susto de la influenza H1N1. Describe un poco de epidemiología. Resalta la importancia de las vacunas. Y le tira una buena pedrada a los bloggers conspiradores.

En particular, el personaje de Jude Law está genial. Law representa todas las pseudociencias. Representa cómo las personas se pueden convencer de teorías de conspiración. Representa cómo una persona se puede hacer «experta» en un tema, sin tener ningún conocimiento de ciencia. Y lo peor, representa cómo estas personas pueden tener una voz tan sonora que miles o millones de personas pueden convertirse en sus fieles seguidores (véase Jenny McCarthy y sus secuaces). Con miles de seguidores, empieza la remuneración y los conflictos de interés. Y entre más repiten y racionalizan, más se les encarnan sus teorías en la cabeza.

Ahora que lo pienso, de cierta manera tenemos una obligación como médicos. Escribir sobre temas de salud, respaldando los escritos con estudios y pruebas, es la manera de contrarrestar la mala información que nos podemos encontrar en internet y en los medios de comunicación.

En fin, dense la vuelta por el cine… y lávense mucho las manos.

Nuestros colegas de Pediatría Basada en Pruebas comparten todos los fines de semana alguna película relacionada a la pediatría, y aprovechamos en felicitarlos por su entrada cinematográfica número 100.

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa