En un inicio se pensó que el artículo de Andrew Wakefield era simplemente de mala calidad. Su serie de 12 casos no demostraba causalidad entre la vacuna triple viral (MMR) y el autismo. Ahora se sabe que no se trataba de incompetencia por parte de Wakefield, sino de un verdadero y premeditado fraude.
El BMJ lanzó ayer 2 artículos desmenuzando toda la historia (1, 2).
Una serie de 12 casos fue publicada en The Lancet en 1998. En ella se reportaba una supuesta asociación entre la vacuna MMR y un «nuevo síndrome» de autismo y enfermedad gastrointestinal. Así empezó el mito. Y de ahí se agarraron los antivacunas como los… – pongan su adjetivo favorito aquí – …Jim Carrey y Jenny McCarthy para sus campañas.
Ahora, lo de Jim Carrey y su esposa lo entiendo. Tienen un hijo con autismo, no tienen respuestas, están frustrados, no tienen preparación médica/científica, y quieren culpar a alguien. Lo entiendo pero de ninguna manera justifico sus acciones que han sembrado incertidumbre acerca de las vacunas en miles de personas.
Pero lo de Wakefield es increíble e imperdonable. El ex-médico no sólo escribió un artículo con mala metodología. Escribió un artículo falso. ¿Por qué? Porque quiso fama y porque había dinero de por medio (una demanda contra los fabricantes de vacunas). Brian Deer resume el fraude de esta serie de 12 casos así:
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Tres de los nueve niños con autismo regresivo no tenían autismo. Sólo 1 tenía el diagnóstico de autismo regresivo.
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A pesar de que el artículo decía que los 12 niños eran «previamente normales», 5 ya tenían problemas del desarrollo documentados.
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Algunos niños reportaron las primeras anormalidades del comportamiento en los días alrededor de la aplicación de la vacuna, pero en los archivos se documentaron hasta meses después de la vacunación.
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En 9 casos, hallazgos histopatológicos sin relevancia en colon (fluctuaciones mínimas en población de células inflamatorias) se cambiaron después de una «revisión con fin de investigación» a «colitis no específica».
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Los padres de 8 niños habían sido reportados culpando la MMR, pero 11 familias alegaron esto en el hospital. La exclusión de 3 reportes, todos dando tiempos hasta la aparición de síntomas en meses, ayudó a crear la apariencia de que había una asociación temporal de 14 días.
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Los pacientes fueron reclutados a través de campañas anti-MMR, y se financió el estudio con miras a una futura demanda contra las compañías.
Lo peor de todo, Wakefield sigue convencido de sus barbaridades y continúa diciendo que no hizo nada mal.
Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa