¿La piratería por el bien de la ciencia?

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Si de piratería se trata, me considero una persona bastante recta. No usé Napster para descargar la música que me gustaba. Nunca entré a Megaupload para compartir archivos con derechos de autor. Ni siquiera uso sitios para descargar las películas nominadas al Óscar aún cuando hago corajes porque muchas de ellas no llegan a los cines de esta ciudad.

Pero al tratarse de compartir ciencia, la línea entre lo bueno y lo malo no se ve tan nítida.

A todos nos ha pasado. Buscamos información sobre un tema de salud. Encontramos exactamente lo que buscábamos. Y al hacer click para leer el texto completo del artículo te aparece el maldito letrero de «Si quiere leerlo, pague $30 dólares».

Nos pasa a los médicos. Les pasa aún más a los investigadores. Por eso existe la lucha por el acceso abierto a todos los estudios científicos. Pero por eso muchas editoriales se defienden.

Debido a este problema, una investigadora rusa, siguiendo el ejemplo de Sean Parker o de Kim Dotcom, fundó Sci-Hub: un sitio de internet que contiene – ilegalmente – más de 48 MILLONES de artículos científicos y del cual se pueden descargar de manera gratuita.

Por supuesto, editoriales como Elsevier están enojadas y ya han enviado cartas para suspender el sitio, y no deben tardar las demandas legales.

Mientras tanto, moralmente hablando, ¿están bien compartir ciencia? Me inclinaría a decir que sí.

Giordano Pérez Gaxiola
Centro Colaborador Cochrane
Hospital Pediátrico de Sinaloa

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