Educación y MBE: experiencia del estudiante en formación

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Al momento de empezar la formación académica en la facultad o alguna institución de educación superior, uno piensa que ingresa a un sistema bien estructurado, capacitado y efectivo. Por desgracia  al iniciar la aventura, uno se da cuenta de la existencia de un flujo no estandarizado de ideas, opiniones, métodos de enseñanza (o la ausencia de los mismos)  entre otras peculiaridades, teniendo como resultado un ambiente donde el aprendizaje no es equitativo entre los estudiantes.

Uno pensaría que la educación médica no sería tan afectada por estas cuestiones, pero tristemente esto ocurre, en donde la poca estandarización de los métodos de enseñanza modifica los conocimientos que los alumnos pudieran adquirir, eso sin contar la variabilidad biológica de las personas, la cual puede condicionar que una misma intervención presente reacciones diferentes, oscilando desde el beneficio hasta el daño.

Debido a esto surgen en el siglo XX alrededor de los años sesentas, organizaciones y médicos pioneros que tratan de corregir estos problemas, y así optimizar el actuar médico como la educación médica.  Podemos destacar lo siguientes nombres, el Dr. Archie Cochrane, Dr David Sackett, Dr. Gordon Guyatt, Dr Ian Hart, Dr. Ronald Harden, quienes apoyaron a fundar The Cochrane Collaboration, Best Evidence Medical Education Collaboration y el Evidence-Based Medicine Working Group.

A pesar de esto, es común encontrar muchas incongruencias tanto en la práctica clínica como en su enseñanza, siendo habitual un enfoque PCOA (descrito por el Dr. Harden) el cual es un acrónimo con el siguiente significado: Prejuicios, Corazonadas, Opiniones y Adivinanzas.

Por desgracia como estudiante, la primera barrera es adquirir el conocimiento, (dependiendo del árbol al que nos acerquemos, será el fruto que obtendremos), ya que no todos los docentes utilizan las mejores herramientas para su profesión ni para su práctica clínica. Es aquí donde surgen anécdotas increíbles sobre decisiones terapéuticas inadecuadas, pruebas diagnósticas innecesarias entre otras intervenciones, las cuales afectan tanto el aspecto socio económico del paciente, su salud y evolución.

Suponiendo que logramos adquirir el conocimiento para realizar una práctica médica basada en evidencias (definida como la integración de la mejor evidencia investigacional, acompañada de pericia clínica, los valores del paciente y sus circunstancias.), inmediatamente el resto de la población que no conozca, comparta o entienda esta forma de ejercer la profesión (tanto pacientes como personal de la salud), se convierten en una barrera con que lidiar, afectando desde la toma de decisiones en relación a tratamientos, estudios diagnósticos, pronósticos, etc.

Esto no significa que sea malo, es parte de la condición humana la resistencia al cambio, el desapego a lo conocido. Sin embargo siempre es más fácil para unos que para otros.

Lo único que queda es seguir adelante, tratar de divulgar lo más posible la información, y esperar un cambio en el comportamiento de los seres humanos.

Dr. Luis Enrique Colunga Lozano

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