Colecho: fanatismo, debate, guías y recomendaciones

Es curioso cómo un tema cotidiano puede causar una gran controversia. Y aún más curioso es que, dependiendo de las creencias o conocimientos previos de una persona, se puede poner en duda el método científico. Esto es lo que ha pasado en los últimos días con un grupo de pediatras de diferentes partes de México. Ha habido un apasionado debate sobre cuál debe ser la recomendación acerca del colecho. Se han lanzado términos como «medicina basada en evidencias», «medicina basada en anécdotas», «medicina basada en publicaciones»… Ha estado tan candente que sólo le han faltado las palabras altisonantes de los fanáticos del futbol.

En una esquina tenemos a los pro-colecho, abogando el gran beneficio que puede aportar para que se fomente la lactancia y apoyados en la Liga de la Leche.

En la otra esquina están los contra-colecho, abogando que esto incrementa el riesgo del síndrome de muerte súbita infantil y apoyados en las guías de la Academia Americana de Pediatría, entre otras.

 

LET’S GET READY TO RUMBLE!!!
Bueno, no. No, no habrá pelea. Espero.

Lo interesante es que ambas partes tienen razón. El colecho sí aumenta la probabilidad de que la lactancia tenga éxito y continúe más allá de los 6-12 meses (1). Pero también aumenta el riesgo de muerte de cuna, principalmente en familias fumadoras (2). Veamos qué tanto, usando el NNT visual del Dr. Cates.

El estudio de Blair PS, et al, reporta un odds ratio (OR) de 2.36 (IC95% 1.87 a 2.97) para continuar la lactancia si los bebés durmieron con la mamá desde edades tempranas. En este estudio, el 40% de los niños sin colecho continúan con lactancia a los 6 meses. Esto se puede traducir a las siguientes figuras:

Lactancia a los 6 meses si no duermen con mamá. De 1000 niños…

Lactancia a los 6 meses si duermen con mamá. De 1000 niños…

Es fácil observar cómo todas las caritas amarillas fueron las que se beneficiaron por haber dormido con la mamá. Muchos más niños continuaron la lactancia a los 6 meses, con todas las bondades que implica recibir leche materna.

Ahora veamos el riesgo de síndrome de muerte súbita infantil. La prevalencia de esta patología es menor al 1%, incluso menor al 0.1% (0.54 de 1000 nacidos vivos en EEUU). Dejaremos como riesgo basal el 0.1%. En la reciente revisión sistemática de Vennemann MM, et al, se reporta que el colecho tiene un OR de 2.89 (IC95% 1.99 a 4.18) para sufrir una muerte de cuna. A simple vista, un OR de 2.89 indicaría que el niño que duerme con la mamá tiene aproximadamente 3 «oportunidades» de morir contra 1 «oportunidad» de morir si durmiera solo en su cuna. Pero como el síndrome de muerte de cuna es poco frecuente, entonces:

Muerte de cuna en niños que duermen solos. De 1000 niños…

Muerte de cuna en niños que duermen con mamá. De 1000 niños…

Aunque en la gran inmensa mayoría de los niños no va a pasar nada, no tenemos manera de saber cuáles serán los 2 o 3 niños en los que podemos prevenir la muerte si los dormimos solos.

Cabe aclarar que aquí estamos analizando 2 factores aislados. El colecho solo como factor de riesgo para síndrome de muerte súbita. Y el colecho solo como factor para continuar la lactancia. Pero hay más en el asunto. Hay más factores de riesgo: por ejemplo, si la mamá fuma y el niño duerme con ella, el OR para muerte súbita se va hasta 6.27 (IC95% 3.94 a 9.99).

En mi humilde opinión, no vale la pena ser fanático. No se puede abogar que todos los niños deben de dormir con la mamá, ni tampoco lo contrario. Las guías clínicas de las sociedades médicas nos dan recomendaciones, a veces fuertes, a veces débiles. Pero al final son guías, no recetas de cocina. Lo ideal es conocer los riesgos, plantearlos con el paciente, e individualizar conductas.

Si se trata de una mamá adolescente que fuma, con un papá que fuma, con una situación familiar difícil, con un niño que nació a las 35 o 36 semanas, tal vez la recomendación se inclinará a no dormir al niño con ellos. Sí en la misma habitación, pero no en la misma cama. El riesgo de muerte súbita sería más alto.

Por el contrario, pensemos en una familia en la que no fuman ni toman, en la que duermen al niño boca arriba en la misma cama de ellos. En esta situación se les puede explicar la prevalencia del síndrome de muerte súbita infantil y qué tanto aumenta el riesgo. Explicar que no existe ninguna manera de garantizar un «colecho 100% seguro». Y también dejar claro qué tanto puede ayudar en la lactancia. Al final, lo ideal será tomar una decisión en conjunto, médico-paciente.

«Hablando se entiende la gente».

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa

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