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ORDENANDO REFERENCIAS MÉDICAS

Los programas administradores de referencias (no sé si así se traduzca reference management software) permiten a médicos, académicos e investigadores, guardar y organizar citas bibliográficas. Los hay gratis y de paga. Robustos y sencillos. Como programas nativos en computadora o basados en web. En fin, hay muchas opciones. Denle un vistazo a esta tabla comparativa (sólo un vistazo porque se asustarán de la cantidad que existe).

En lo particular, yo estaba buscando algo que me ayudara no sólo a manejar las referencias sino también a organizar todos mis PDFs, lo cuales estaban dispersos en varios folders en mi computadora. Así me encontré Mendeley.

He aquí lo que me ha gustado:

  • Permite organizar los PDFs en folders, por categorías, por autores, por año…
  • Se sincroniza con tu cuenta en internet, la cual a su vez funciona como una red social.
  • Con sólo añadir el PDF, el sistema detecta el nombre del autor, título, revista, palabras claves…
  • Existe tanto para Mac como para Windows.
  • Permite importar y exportar directamente desde las páginas web de los artículos o de otros programas como Endnote y Zotero.
  • Genera bibliografías para Word.
  • Y lo mejor de todo… es gratis.

Bueno, creo que ya fue mucha promoción gratis para Mendeley. Yo creo que aquí el mensaje es buscar, probar y aprovechar herramientas disponibles para hacer nuestro trabajo más fácil.

¿Quieren otras opciones? Aquí hay un buen repaso a algunos de estos programas.

Conflicto de intereses: ninguno.

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa

MICROBLOGS EN MEDICINA

Es (muy) probable que la mayoría de nuestros lectores hayan escuchado de Twitter, lo usen o sepan de qué se trata. El concepto de escribir algo en un microblog, usando sólo 140 caracteres, suena simplista, banal, y hasta inútil… hasta que te pones a reflexionar sobre las posibilidades.

Una cosa es escribir en Twitter
«me acabo de despertar y no tengo ganas de levantarme 🙂»
tratando de contar mi vida a todo el mundo (y al mismo tiempo a nadie).

Es diferente usar un microblog para compartir información útil, dar una opinión sobre un artículo de investigación publicado de manera reciente, o dar un aviso importante de salud pública. Viéndolo de esta forma, Twitter se trasforma en una buena herramienta para recibir información médica actualizada «por si acaso» (PUSH).

Algunos van más allá y listan hasta 140 usos de Twitter en medicina y otros sugieren la posibilidad de que Twitter podría ser esencial para los doctores. Definitivamente no es esencial, y la lista es sólo una lluvia de ideas, pero lo que es cierto es que estos microblogs, que facilitan la comunicación y transmiten información en tiempo real están teniendo un impacto palpable en la salud.

Y con el éxito de Twitter nacen otras iniciativas tratando de adaptarlo a necesidades específicas como lo es Science Feed o de mejorarlo como el recién lanzado Google Buzz.

Al final, lo recomendable tal vez sea familiarizarse con estos servicios, escoger uno y aprender a usarlo, y siempre estar abierto a herramientas que nos pueden mantener actualizados con el menor de los esfuerzos.

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa

HUSOS HORARIOS PARA ENTENDER LA T INVERTIDA

El RR, o riesgo relativo o razón de riesgos, aparece frecuentemente en artículos de tratamiento y sobre todo en revisiones sistemáticas. Y ahí también nos topamos a su «primo», el OR (odds ratio o razón de momios). Por lo general, una manera de ilustrar estos valores o resultados es mediante el uso de una «T» invertida, así:

Pero, ¿qué significa que un RR esté por debajo de 1? ¿o en la gráfica, a la izquierda del 1?

Supongamos que tenemos una población enferma y queremos saber si un medicamento funciona para reducir los ingresos hospitalarios. Para comprobarlo, hacemos un experimento (un ensayo clínico aleatorio) donde a un grupo de pacientes le damos el medicamento, al otro grupo le damos un placebo, y al cabo de cierto tiempo vemos cuántos se hospitalizaron de cada grupo.

Imaginemos que estos fueron los resultados:
Es muy visible que hubo menos ingresos en el grupo de pacientes que recibieron el medicamento. Si yo hubiera sido uno de los pacientes que recibieron el medicamento, ¿cuál es mi riesgo de hospitalización? Fácil, se hospitalizaron 30 de 100 pacientes en el grupo del tratamiento, por lo tanto, es un riesgo del 30%. (por lo visto, nuestra enfermedad hipotética es bastante agresiva, pero bueno, continuemos)

¿Y si yo hubiera sido uno de los pacientes que recibieron el placebo? Mi riesgo de hospitalización sería del 40% (40 de 100 se hospitalizaron).

El famoso RR es simplemente la división entre los riesgos de ambos grupos. En nuestro ejemplo: 0.3/0.4 = 0.75. El RR fue menor de 1. Si reflexionamos un poco en el resultado, el RR fue menor de 1 porque hubo menos eventos (hospitalizaciones) en el grupo tratado. En la «T» invertida, el punto que representa al 0.75 estaría a la izquierda del 1:
En cambio, si los resultados hubieran sido así:

Ahora el RR sería mayor de 1, ¿cierto? Es decir, hubo más eventos (más hospitalizados) en el grupo tratado (0.4/0.3 = 1.33). En este caso, el punto del resultado estaría a la derecha de la «T» invertida:

Entonces, cuando el punto (la estimación del efecto de un medicamento o una exposición) está a la izquierda, significa que el grupo tratado/expuesto tuvo menos eventos que el grupo control. Cuando el punto está a la derecha, significa que el grupo tratado/expuesto tuvo más eventos que el grupo control.

Un colega hizo la analogía con los husos horarios. Viendo el mapa, los lugares a la izquierda del meridiano de Greenwich van teniendo menos horas. Los lugares a la derecha van teniendo más horas.

Cabe mencionar que si un RR es menor a 1 (a la izquierda) no quiere decir que el medicamento sea bueno. Si los eventos que estamos evaluando son malos (ej. defunciones, hospitalizaciones, infecciones), entonces sí queremos que haya menos en los tratados. Pero si lo que estamos tratando de medir son eventos buenos (ej. resolución del dolor), entonces queremos que el RR sea mayor a 1, o a la derecha en la «T» invertida.

Un RR de 0.5 significa que hubo la mitad de eventos en los pacientes tratados en comparación con el grupo control. Y un RR de 2 significa que hubo el doble de eventos en los tratados en comparación con el grupo control. Pero siempre debemos recordar que el RR es relativo, y que puede ser más impresionante que los términos absolutos.

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa

MEDICINA BASADA EN MERCADOTECNIA

El artículo de Spielmans GI y Parry PI titulado «De la medicina basada en la evidencia a la medicina basada en la mercadotecnia» me dejó un desagradable sabor de boca. Me llegó a través de una lista de correos electrónicos e inmediatamente se empezó a mencionar en algunos blogs, así que pensé que valía la pena dedicarle tiempo.

Lo primero que se me vino a la mente fue la película El Fugitivo. Recordé cómo se manipuló la información y se ocultaron datos para vender el famoso «Provasic». Luego pensé en El Jardinero Fiel. Lo mismo, intereses monetarios involucrados en estudios de investigación. Así que el tema del artículo no es nuevo. Pero nunca me había puesto a pensar a fondo hasta dónde llegan las estrategias de mercadotecnia de las compañías farmacéuticas para convencer al médico de recetar sus productos.

Vamos a dar un vistazo a las estrategias mencionadas:

Supresión y matiz de la información

Las compañías saben que ahora más que nunca, con el advenimiento de la medicina basada en evidencias, las publicaciones en revistas de alto impacto elevan sus ventas. Así que enfocan esfuerzo para financiar protocolos que lleguen a estas revistas. Si existe evidencia de que un medicamento funciona no hay ningún problema, qué bueno que se publica. El problema es que las compañías tratan de que no se publiquen los estudios con resultados negativos, o manipulan la información mostrando únicamente resultados favorables y haciendo magia estadística para lograrlo.

Escritores fantasmas

Existen compañías que se dedican a redactar manuscritos para grandes farmacéuticas y utilizan el nombre de algún prestigiado autor (quien lo presta sin mayor problema para aumentar sus publicaciones y reconocimiento). La redacción del artículo va acorde con las políticas publicitarias de la compañía y el nombre del autor ayuda a que sea publicado. En ocasiones, el supuesto autor ni siquiera revisa los datos en bruto del estudio y sólo ve las gráficas que la compañía quiere que vea. Al final, tenemos un bonito artículo, redactado de manera muy profesional, con el nombre de un investigador y académico reconocido, publicado en una revista de alto impacto.

Líderes de opinión y estudios iniciados por investigadores

Las compañías farmacéuticas buscan a los médicos líderes en su área y los ayudan a dar conferencias y a realizar estudios de investigación, claro, siempre y cuando los resultados sean positivos. Ejemplo local: las conferencias financiadas por las farmacéuticas que son impartidas en las reuniones de colegios médicos y en las actividades de educación médica continua.

Minimizar efectos secundarios/adversos

Es fácil decir «no existe evidencia de que este medicamento se asocie a tal efecto adverso», sobre todo cuando la duración de un ensayo clínico es corta, y el efecto adverso es raro y requiere de mucho tiempo para aparecer. Los ensayos clínicos no están diseñados para detectar ese tipo de efectos secundarios.

Disease mongering

Significa expandir los límites reconocidos de una enfermedad para abarcar condiciones subclínicas, limítrofes, o síntomas que aún estén dentro de la normalidad. Con ello tenemos sobrediagnósticos y se pueden hacer recetas para un mayor número de «enfermos».

Se me viene a la mente el trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Aunque es una enfermedad real, ahora a todo niño inquieto se le quiere etiquetar así para darle estimulantes. O las «intolerancias o alergias a las leches» en los primeros meses de vida, en niños con crecimiento y desarrollo completamente normales, por no llamarles cólico del lactante y así cambiarles de fórmula. De nuevo, no estoy diciendo que estas enfermedades no existan ni estoy tratando de minimizar su lugar en nuestros diagnósticos diferenciales, sólo que pueden ser presa del mencionado disease mongering.

Segmentación del mercado

Las compañías guían a sus representantes para convencer a diferentes «segmentos» de médicos según sus características. Así tenemos a los médicos «altos voladores» (high flyers), a los «atados a las reglas» (rule bound), a los experimentadores escépticos (skeptical experimenters), a la mayoría selectiva (selective majority) y a los conservadores sistemáticos (systematic conservatives).

Por ejemplo, los «altos voladores» son descritos como aquellos médicos que son los primeros en adoptar y recetar nuevos medicamentos, que tratan síntomas sin definir diagnósticos, que no siguen guías clínicas y utilizan medicamentos aún fuera de la condición o síntoma para el cual deberían estar indicados (off label).

Por otro lado tenemos a los «atados a las reglas», todo lo contrario a los «altos voladores». Estos son los médicos que siempre siguen normas y guías clínicas, que designan diagnósticos y que esperan a que el medicamento esté ya en uso común en la comunidad.

Existen estrategias de mercadotecnia muy distintas para tratar de convencer a estos dos estereotipos de médicos. Y como los otros 3 grupos no son tan influenciables, pues las farmacéuticas se enfocan en quienes lo son.

Desgraciadamente, todo lo mencionado arriba es la realidad. Tratando de buscar soluciones, Spielmans menciona los ya conocidos registros para protocolos de investigación (para evitar que no se publiquen los estudios con resultados negativos) y algunas ideas interesantes como que los estudios y todos sus datos sean publicados en algún sitio abierto de internet y revisados por todos, en vez de ser publicados en revistas.

¿Y nosotros? A nivel individual, en el consultorio o en el hospital, tenemos el deber de ser críticos y escépticos de los mensajes provenientes de los representantes médicos: ¿Son mensajes con datos reales? ¿Son propaganda? ¿Están redactados y matizados sólo para impresionarnos y convencernos de recetar el producto?

Los colegios médicos tienen el mismo deber. No deberíamos estar atados a los programas de educación contínua y las conferencias de ponentes patrocinados por las compañías farmacéuticas. Los colegios deben de fomentar una cultura de auto-aprendizaje, crítica y sano escepticismo. Y los consejos de certificación deben de evaluar nuestros conocimientos y no sólo conformarse con que reportemos nuestra asistencia a un congreso en la playa, financiado por un laboratorio.

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa

APRENDAMOS HABILIDADES DE LECTURA CRITICA

De vuelta en casa, después de la visita a Mazatlán. Una audiencia pequeña pero muy interesada. ¿Cómo se puede dar seguimiento a ese interés mostrado en otras ciudades?

Mientras tanto, mañana trataremos de sembrar otra semillita, ahora en el Colegio de Ginecología y Obstetricia de Sinaloa: