
Meditemos esto por un momento. En la consulta, privada o pública, podemos recetar los medicamentos que consideremos útiles. No importa si está demostrada su eficacia, sólo tienen que estar aprobados por las agencias nacionales. Puedo recetar cuando quiera y a quien quiera, siempre y cuando yo crea que sí funciona. Pero si quiero hacer algo para comprobar su eficacia, un estudio, entonces no lo puedo recetar así de fácil. Sigue leyendo
											


