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Si come a libre demanda… ¿será más inteligente?

Asociación no es lo mismo que causalidad. Una frase tan repetida y a la vez tan poco comprendida. Se nos olvida muy fácil cuando vemos una secuencia temporal entre dos cosas: «me puse la vacuna de la influenza y me dio un gripón», «me tomé una loratadina y se me quitó la gripa». Igual de fácil podemos recordarlo: «me puse la vacuna de la influenza y me saqué la lotería», «le supliqué a los satélites de Júpiter y se me quitó la gripa». Los primeros 2 ejemplos suenan lógicos, coherentes. Los segundos 2 no, y por eso parecen risibles. Pero ninguno de los 4 ejemplos demuestra causalidad.

La semana pasada salió una noticia que decía que los niños que se alimentan a libre demanda tienen mejor desempeño escolar. Sigue leyendo

Teoría de la relatividad de los riesgos

Dos de las entradas más taquilleras de este blog fueron sobre la Coca Cola (1, 2). Ambas discutían la asociación entre esta bebida y la obesidad (nótese que uso asociación, y no causalidad). Tuvimos muchas visitas y muchos comentarios criticándonos por hablar mal de tal soda. Hoy iba a echarle leña al fuego y titular esta entrada como «Cáncer Embotellado» sólo para ver los comentarios de los trolls cibernéticos. Pero mejor lo cambié para no desviarme del mensaje.

El mensaje de hoy es sencillo: la percepción de los riesgos es relativa.

Veamos la noticia de que se encontró un carcinógeno llamado 4-metilimidazol (4-MI) en los refrescos de cola, tanto los de dieta como los regulares. Dicho químico ayuda a darle el color característico a la Coca Cola y a la Pepsi.  La FDA permite cierta cantidad de contaminantes en los alimentos, siempre y cuando se relacionen a un riesgo de por vida menor a 1 cáncer en 1,000,000 personas. La cantidad que se encontró sobrepasa por mucho lo permitido por esta agencia. Sigue leyendo

Faltan investigadores médicos en Sinaloa

Ayer fue la entrega de reconocimientos a los miembros del Sistema Sinaloense de Investigadores y Tecnólogos (SSIT), del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología. A palabras del gobernador, el SSIT «permite conocer el potencial que tiene la comunidad científica sinaloense para la investigación, estimular la investigación científica e innovación tecnológica y propiciar el que más académicos sinaloenses se integren al Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)«. Haciendo a un lado el tinte político, da gusto que se reconozca y se estimule la investigación.

Ahora pasemos a lo triste. Sigue leyendo

Colecho: fanatismo, debate, guías y recomendaciones

Es curioso cómo un tema cotidiano puede causar una gran controversia. Y aún más curioso es que, dependiendo de las creencias o conocimientos previos de una persona, se puede poner en duda el método científico. Esto es lo que ha pasado en los últimos días con un grupo de pediatras de diferentes partes de México. Ha habido un apasionado debate sobre cuál debe ser la recomendación acerca del colecho. Se han lanzado términos como «medicina basada en evidencias», «medicina basada en anécdotas», «medicina basada en publicaciones»… Ha estado tan candente que sólo le han faltado las palabras altisonantes de los fanáticos del futbol.

En una esquina tenemos a los pro-colecho, abogando el gran beneficio que puede aportar para que se fomente la lactancia y apoyados en la Liga de la Leche.

En la otra esquina están los contra-colecho, abogando que esto incrementa el riesgo del síndrome de muerte súbita infantil y apoyados en las guías de la Academia Americana de Pediatría, entre otras. Sigue leyendo

Las teorías y resultados indirectos no son suficientes

Un ejemplo usado ad nauseam para ilustrar la importancia de ensayos clínicos que demuestren beneficios verdaderamente importantes para el paciente es el caso de la flecainida en pacientes que sufrieron un infarto del miocardio. La teoría en pocas palabras: los pacientes que sufren un infarto después pueden tener arritmias ventriculares mortales. Entonces, si le das un antiarrítmico, lo lógico sería pensar que reducirías las muertes. La sorpresa fue que cuando se realizó el ensayo de Echt D y cols se tuvo que suspender antes de terminar porque había más fallecimientos en el grupo que recibía los antiarrítmicos. Una teoría muy bien razonada, que terminó de manera trágica.

La realidad es que ni las teorías, ni los desenlaces o resultados indirectos/sustitutos/intermedios (surrogate outcomes) son suficientes. Necesitamos pruebas de que nuestros tratamientos ofrezcan beneficios en resultados importantes para el paciente. Existe una idolatría del resultado indirecto la cual debe cambiar. Sigue leyendo