
Cuando tuve mi primer coche, de adolescente, la alarma era muy sensible… me acordé que es una buena analogía para definir sensibilidad diagnóstica. Es decir, sonaba con el más mínimo viento o cualquier perro que pasaba y le orinaba la llanta, dando muchas falsas positivas (no se le estaban robando). Pero de algo estaba seguro, cuando se lo estuviesen robando, seguro sonaría. Lo malo es que la sola sensibilidad del 100% no me sirve de nada.



