En algún momento en los últimos 20 años, los apoyos visuales durante una clase o una presentación se hicieron sinónimos de PowerPoint. Se acabó la creatividad y las aulas se convirtieron en salas de cine donde el alumno lee lo que está escrito en una diapositiva, y presta poca atención al ponente. No se puede generalizar, obviamente, pero es algo tan frecuente que pareciera la regla más que la excepción.
Ver algunas presentaciones en TED, con conferencistas tan creativos y entretenidos como Han Rosling, es refrescante. Sigue leyendo