Dos de las entradas más taquilleras de este blog fueron sobre la Coca Cola (1, 2). Ambas discutían la asociación entre esta bebida y la obesidad (nótese que uso asociación, y no causalidad). Tuvimos muchas visitas y muchos comentarios criticándonos por hablar mal de tal soda. Hoy iba a echarle leña al fuego y titular esta entrada como «Cáncer Embotellado» sólo para ver los comentarios de los trolls cibernéticos. Pero mejor lo cambié para no desviarme del mensaje.
El mensaje de hoy es sencillo: la percepción de los riesgos es relativa.
Veamos la noticia de que se encontró un carcinógeno llamado 4-metilimidazol (4-MI) en los refrescos de cola, tanto los de dieta como los regulares. Dicho químico ayuda a darle el color característico a la Coca Cola y a la Pepsi. La FDA permite cierta cantidad de contaminantes en los alimentos, siempre y cuando se relacionen a un riesgo de por vida menor a 1 cáncer en 1,000,000 personas. La cantidad que se encontró sobrepasa por mucho lo permitido por esta agencia. Sigue leyendo