Noticias como ésta me desquician. Salió en La Jornada, en Vanguardia, y no sé en cuántos periódicos más.
OK, lo entiendo, esos titulares atraen lectores. Pero también ponen en peligro la vida de pacientes con cáncer. Pacientes, o padres de niños con cáncer. Pacientes que tienen un grave problema de salud, que harán hasta lo imposible por librarse de la enfermedad. Pacientes que por la frustración y el enojo pueden probar lo que sea.
No importa si se trata de un nuevo medicamento alópata, de un remedio casero, de una preparación homeopática, o de un ritual pagano… si se dice que «Luego de 15 años de rigurosos y exhaustivos experimentos, demostró que, en efecto, el veneno de ese alacrán utilizado al ciento por ciento tiene, fuera de toda duda, efectos analgésicos (alivia del dolor), efectos antitumorales (frena e inhibe el crecimiento de tumores cancerígenos), efectos antinflamatorios y atimetastásicos (corta la irrigación sanguínea del tumor y de esa manera impide la expansión y reproducción de las células cancerígenas fuera del órgano de origen)» y que «contribuye a mejorar hasta en 85 por ciento la calidad de vida de los afectados por la enfermedad», yo quiero ver las pruebas. Sigue leyendo