Comenzamos un nuevo año y se avecinan cambios en nuestro hospital. Es un nuevo sexenio en el gobierno de nuestro estado, así que probablemente tengamos nuevos directivos.
Pero hay cosas que no cambian. Hoy me aventuré a buscar «nuevas evidencias» sobre el tratamiento de una de las patologías más frecuentes, el resfriado común. Y, ¿qué creen? Nada nuevo. Nada, cero. Hice la búsqueda con algo de prejuicio, pero una minúscula parte optimista, esperanzada en encontrar algo, me impulsó a hacerlo.
El CKS (requere registro gratis) básicamente resume todo lo publicado en diversas revisiones sistemáticas y ensayos clínicos:
- Los caballitos de batalla siguen siendo los analgésicos como el paracetamol y el ibuprofeno. Al menos estos sí sirven para bajar la fiebre y aliviar el «cuerpo cortado».
- Descongestionantes intranasales. Sirven un poco, al menos ayudan a dormir mejor. Lo malo, es sólo alivio a muy corto plazo.
- Descongestionantes orales. Igual que arriba pero con mayor riesgo de efectos secundarios.
- Antibióticos. No sirven, obviamente. Y no, tampoco sirven si la rinorrea es purulenta.
- Antihistamínicos. Los de primera generación pudieran servir de algo, pero pues pueden sedar. Los antihistamínicos no sedantes son completamente inefectivos.
- Vitamina C y Zinc. Los «naturistas» siguen enamorados de estos suplementos, pero a menos que vivas en antártida, te expongas a ejercicio extenuante y los uses como preventivo a dosis altas (vitamina C), su eficacia es casi nula.
- Y las terapias alternativas o complementarias… sin comentarios.
En fin, a seguir peleándonos con los mocos.
Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa