Les adjunto un infográfico que nos envían desde el blog ‘bad science‘, reconocido por su acidez al momento de criticar las malas noticias en salud en todo el mundo; entre los autores, se halla el famoso Ben Goldacre, autor de libros que se enfocan a educar a los neófitos en ciencia y salud.
Al final del infográfico explico/traduzco…
Created by: Clinical Psychology
Aunque pensamos que los científicos son personas honestas y asumimos que los resultados de su investigación es verdadera, nuevos estudios han revelado que un buen número de investigadores mienten. Este es el mundo de ‘Bad Science’.
- La investigación científica de dudosa procedencia o veracidad está en aumento…
- 1 de cada 3 científicos admiten usar prácticas cuestionables en sus investigaciones. Dos ejemplos: disminuyen puntos en sus datos basados en «corazonadas». O cambian el diseño o los resultados debido a presiones de sus patrocinadores.
- 1 en 50 admiten haber fabricado datos.
Existen en general, tres categorías de mala práctica científica:
- Fabricación de datos
- Falsificación o distorsión de datos
- Prácticas cuestionables (conflicto de interés, escogen datos, cambian dirección de los resultados)
Tristemente, si se les pregunta a los científicos sobres sus colegas, las cifras son peores (o dicen la verdad, o lo dicen por atacar a sus colegas… cualquiera de las dos situaciones son muy, muy malas). Por ejemplo, 71% de los científicos reportan que sus colegas usan métodos cuestionables; 14% dicen que alguno de sus colegas han falsificado datos.
También triste es que de los investigadores científicos, los del campo de la salud y farmacológico son los que tienen los peores números. Por decirlo así, el área biomédica está muy ‘quemada’.
La luz al final del túnel son 3 consejos para hacer la investigación más honesta:
- Hacer que todos los datos crudos de todas las investigaciones estén disponibles para toda la comunidad científica. Solo 44% de los journals de alto impacto requieren que se haya reportado previamente un estudio como requisito para ser publicado
- Involucrar a los editores de revistas médicas. Es fácil apuntar con el dedo solo a los científicos, pero los editores tienen algo de culpa también al no buscar más a fondo en los datos o buscando otras opiniones encontradas.
- Introducir publicaciones anónimas. Esto no lo había oído pero suena lógico (y no niego que me ha pasado); a veces los científicos hacen descubrimiento «no-populares» y no quieren que su nombre aparezca o sea ligado a la investigación. El anonimato pone el ojo en la mira solo en la investigación y en los nuevos hallazgos, no en una carrera profesional.
Yo creo que es importante tomar en cuenta estos consejos si queremos que los proponentes de medicinas alternativas o complementarias con pocas bases científicas tengan un argumento a su favor, al decirnos ‘cómo puedo confiar en la ciencia si esta es corrupta?’