Archivos de la categoría Pediatría

REHIDRATACION SUBCUTANEA

¿Se acuerdan cuando los niños eran canalizados en la cabeza? Quedaban como marcianitos con antenitas los pobres. Pero poniendo a un lado la estética, me imagino que se hacía por conveniencia: venas superficiales, de fácil acceso, y que una vez puesta la venoclisis, deja las manos libres al niño.

Hace poco se reportó otra manera que pudiera parecer extraña de canalizar a los niños. Tal vez canalizar no es la mejor palabra para describirlo, pero se trata de poner una vía subcutánea para rehidratar a pacientes seleccionados. ¿Cómo es posible eso? Aplicando hialuronidasa antes para que el tejido subcutáneo permita la infusión de líquidos.

Es un estudio pequeño, piloto, que no tiene el mejor diseño para evaluar la eficacia o los efectos adversos, pero da pauta a futuros estudios. La vía subcutánea es de muy fácil acceso y requiere de poco entrenamiento, lo cual facilitaría el tratamiento en niños que necesitan rehidratarse. Por otro lado, tal vez no sirva si se requiere administrar medicamentos u otras soluciones.

Vamos a ver qué pasa.

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa

DOS COMENTARIOS DE UN CONGRESO

Vengo llegando del congreso nacional de pediatría y quise compartir dos comentarios, uno bueno, uno malo.

El malo, o más bien el triste: el primer día estaba programado un módulo de 90 minutos titulado «Pediatría basada en evidencias» en uno de los salones. La plática anterior a éste era sobre traumatismos en pediatría y el salón se encontraba lleno. Al terminar, se le dio su reconocimiento al ponente y se anunció el siguiente módulo. Inmediatamente después, la gran mayoría de los que estaban sentados se levantaron y se fueron. Tal vez quedó sólo una cuarta parte de la gente que había, o tal vez menos. La evidencia simplemente no les apetece a los médicos.

El bueno, muy bueno: uno de mis maestros me informó sobre el lanzamiento de una campaña en web para la prevención del síndrome de muerte súbita infantil en México. El sitio se titula «Vida Boca Arriba«. Catorce años han pasado desde que inició la campaña «Back to sleep» en Estados Unidos. Y aún así, sigue existiendo la cultura de dormir a los niños boca abajo o de lado (lo cual ya hemos comentado antes). Felicidades a los impulsores de este movimiento de concientización. Invitamos a nuestros lectores a visitar la página y a correr la voz.

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa

LAVADOS NASALES PARA EL RESFRIADO

La Biblioteca Cochrane acaba de publicar una revisión sistemática sobre los lavados nasales en infecciones respiratorias altas. Desde que leí el título me pareció interesante porque he escuchado opiniones totalmente encontradas al respecto. Algunos médicos los recomiendan de rutina, mientras que a otros les parece una tortura irrigar la nariz.

La mayoría de los resultados no demuestra beneficios de la irrigación con solución salina. Se detectaron mínimos beneficios en los pacientes adultos (reducción de 0.3 días de síntomas y menor tiempo fuera del trabajo). Pero se menciona que el 40% de los bebés no toleran las gotas nasales (yo diría que son menos los que las toleran).

Lo decepcionante no es precisamente que no sirva este tratamiento, sino que faltan muchos estudios para saber su verdadera eficacia. Los autores concluyen que los ensayos eran muy pequeños y con un gran riesgo de sesgos. Ahora que lo pienso, la mayoría de las revisiones que he leído acerca de tratamientos para condiciones benignas como las infecciones respiratorias altas (jarabes para la tos, mucolíticos, antihistamínicos para el resfriado…) terminan de manera similar: poco o nada de beneficio, pero falta mayor evidencia. ¿Será que como son condiciones que al final se autolimitarán no se les da importancia y por ello no se realizan buenos ensayos clínicos?

Y de pilón, algunas revisiones que finalmente se han publicado al respecto en Cochrane se están quitando porque los autores ya no tienen tiempo de actualizarlas (e.g. descongestivos intranasales, antihistamínicos para el resfriado).

Por lo pronto, seguiremos tratando de manera empírica estos padecimientos que representan un alto porcentaje de la consulta pediátrica. Y con ello, habrá una gran variabilidad en la práctica.

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa

REVISIONES NARRATIVAS Y EVIDENCIA

Un artículo sobre otitis media de la revista Pediatrics in Review comienza con un pasaje histórico muy interesante:

“In uncomplicated cases the patient should be kept quiet in the house, while in severe cases he should be put to bed and given a light diet. . . . The author formerly used the artificial leech with satisfactory results in many cases, especially those of a mild type, and still feels that in certain instances it can be used to advantage. The artificial leech is much to be preferred to the natural one, for the following reasons: 1. The scarificator and cupping-glass are always at hand, while natural leeches are frequently very difficult to obtain, especially at night. 2. Leeches are very repulsive and disagreeable to most patients, and especially to children. 3. After the artificial leech has been removed, the bleeding ceases at once, while with the natural leech it is often difficult to control the hemorrhage. . . . In the case of children, hot water instilled into the ear often affords great relief.»

El texto proviene del Manual de Otología de 1918. Tiempos aquellos. Imaginen tratar una otitis media con una sanguijuela. Al menos instilar agua caliente al oído no se oye tan repulsivo.

Después del pasaje, los autores hacen una semblanza de cómo ha avanzado el tratamiento de la otitis media y de la controversia actual acerca de dar o no antibióticos en pacientes seleccionados.

Siempre me ha gustado el Pediatrics in Review. Lo considero mi libro de texto: publica revisiones narrativas, concisas, de los temas más frecuentes en pediatría. Es cierto que este tipo de revisiones son equivalentes a la opinión de un autor, pero son un buen repaso para información básica (background information).

El año pasado, la revista comenzó a publicar un artículo mensual acerca de medicina basada en evidencias y metodología de la investigación. La sección se titula Research and Statistics. Son artículos de dos o tres páginas muy entendibles para cualquiera. Por lo general, inician con casos clínicos comunes. Después se describen aspectos básicos de investigación y finalmente su aplicación al caso clínico.

Esto parece ser un primer paso para acercar al lector de la revista (al clínico) a estos temas. De igual manera, en los artículos de revisión están colocando una caja de «Sumario» al final donde puntualizan recomendaciones o conclusiones. Lo curioso es que estas recomendaciones comienzan con «basado en fuerte evidencia…» o «basado en alguna evidencia…», sin ningún sistema de gradación explícito. ¿Qué significa «alguna» evidencia? Sólo los autores lo saben. (Tal vez valga la pena platicar un poco sobre niveles de evidencia y grados de recomendación, pero lo dejaremos para otra entrada)

El American Family Physician (otra revista recomendable) utiliza el SORT para dar recomendaciones. Esto hace sus revisiones más transparentes. Y más a favor, todos los artículos de más de un año de haberse publicado son gratis en texto completo. En cambio, todo el Pediatrics in Review es de paga.

Aún con los detalles mencionados, considero que estas publicaciones, y los libros electrónicos como el eMedicine, son fuentes excelentes de conocimiento básico.

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa

MUERTE DE CUNA O BRONCOASPIRACION

En una entrada previa discutimos acerca de la muerte de cuna y el riesgo de dormir a los niños boca abajo o de lado. Ahora retomamos el tema haciéndonos preguntas acerca de la famosa «broncoaspiración».

Es mi impresión muy personal, pero siento que la muerte de cuna está sub-diagnosticada en México. Existen fallecimientos en niños previamente sanos, sin enfermedad grave por reflujo gastroesofágico, retraso mental o algún predisponente, que mueren de manera súbita y que se les diagnostica como «broncoaspiración», sin autopsia, sin pruebas. Sólo la asociación de que encontraron al niño con algo de saliva o vómito en la boca. ¿Ésa fue la causa o sólo son hallazgos de un evento terminal o post mortem?

Sólo vean esta noticia: «La causa del deceso del infante según se informó fue un ataque de broncoaspiración fulminante». Desconozco lo que pasó en ese caso, pero podemos ver en la nota que se trataba de un niño 4 meses, de madre adolescente, y que asocian la muerte a las temperaturas bajas (¿estaba arropado el niño?, ¿cómo estaba dormido?, ¿estaba enfermo antes?). No hay manera de saberlo. Pero la redacción de la noticia asusta. ¡Broncoaspiración fulminante! Cualquier padre verá esto y pensará que no volverá a dormir a su hijo boca arriba. Y en lo poco se que lee, se ven al menos 2 factores de riesgo para muerte de cuna.

La recomendación para dormir a los niños boca arriba por parte de la AAP se dio en 1992. Y la campaña Back to Sleep («de espaldas a dormir») inició en 1994. Si dormir a los niños boca arriba aumentara el riesgo de muerte por broncoaspiración, entonces éstas deberían haber aumentado en años posteriores. Pero esto no sucedió, como lo podemos ver en el artículo que Malloy HM publicó hace ya varios años.

De igual manera, Krous HF hace un análisis en el 2007 acerca de la relación entre broncoaspiración y muerte de cuna, y concluye que hasta en el 14% de los niños con síndrome de muerte súbita infantil se puede encontrar contenido gástrico en pulmones, sin que esto sea la causa del fallecimiento. Estos hallazgos pueden representar un evento terminal, y no están relacionados a la posición al dormir.

Entonces, tenemos un círculo vicioso: costumbre arraigada de dormir a los niños de lado o boca abajo por el miedo a la broncoaspiración >> noticias alarmistas de niños fallecidos por broncoaspiraciones no comprobadas >> más miedo y más arraigo a la costumbre… y mientras tanto, seguimos sin estadísticas fiables de la muerte de cuna en nuestro país, y sin poder concientizar ni comunicar los factores de riesgo a las familias.

En fin, es sólo mi punto de vista. Aquí los dejo con mi presentación:

Muerte de Cuna

Giordano Pérez Gaxiola
Departamento de Medicina Basada en la Evidencia
Hospital Pediátrico de Sinaloa